La felicidad

Estaba emocionada. Se duchó, se vistió, se puso rímel en las pestañas. Se miró al espejo durante un largo rato. Tenía el rostro iluminado, se sentía guapa por primera vez en muchos días. Había estado haciendo deporte por la mañana, estaba llena de energía. Se encontraba preparada, pletórica. Por fin… ¡por fin había llegado el día que tanto había estado esperando!

Entonces sucedió.

Cogió la bolsa, salió de casa,

y muy decidida, se encaminó a su destino.

 Ahí estaba él…

Figura prominente, aura verde bosque, formas redondeadas.

Se notaba que había estado esperándola todo este tiempo.

Se encontraba tremendamente sólo, separado 500 metros de los demás.

Tiró las botellas una por una al cubo del vidrio,

sin ninguna prisa.

 

Al volver, se sentía realizada.

Feliz.

 

Esa noche, Lucía durmió del tirón.